La precarización digital
Como sabemos, Glovo es una start-up que se encarga de la compra, recogida y el envío de pedidos a través de mensajeros. Este tipo de empresas (Deliveroo, Ubereats...) se han visto fuertemente criticadas desde su inicio por el trato que reciben sus empleados ya que no tienen ningún contrato laboral, son considerados autónomos y no están protegidos por ningún convenio sectorial como a otros mensajeros de compañías tradicionales.
Sin embargo, Glovo a llevado este problema al siguiente escalón al declarar que a partir de ahora le cobrara a sus repartidores una suma alrededor de 2 euros por cada 15 días. La empresa alega que los repartidores, al igual que las tiendas que reparten sus productos, también deben contribuir a financiar la start-up.
A raíz de estas ultimas noticias la pregunta surge alrededor de la idea de hasta que punto se ha de permitir que estas nuevas empresas ´abusen´ de sus empleados, conocidos como ´los nuevos obreros de la economía de los recados´.
Enlace al articulo:
https://elpais.com/economia/2018/03/01/actualidad/1519927252_270909.html
Sin embargo, Glovo a llevado este problema al siguiente escalón al declarar que a partir de ahora le cobrara a sus repartidores una suma alrededor de 2 euros por cada 15 días. La empresa alega que los repartidores, al igual que las tiendas que reparten sus productos, también deben contribuir a financiar la start-up.
A raíz de estas ultimas noticias la pregunta surge alrededor de la idea de hasta que punto se ha de permitir que estas nuevas empresas ´abusen´ de sus empleados, conocidos como ´los nuevos obreros de la economía de los recados´.
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